Transformarnos digitalmente no es malo, de hecho es todo lo contrario. Las empresas, en su mayoría, se digitalizan con la finalidad de satisfacer las demandas del mercado. Esto trae beneficios tales como un aumento en la satisfacción de los clientes, escalabilidad, mayor globalización, generar oportunidades, interconectividad y un largo etcétera.

Sin embargo, también hay otros motivos para comenzar el proceso de digitalización; por ejemplo, menos burocracia en los procesos internos, más herramientas para los colaboradores o una adaptación general del medio en el que nos desempeñamos. Sea la razón por la que quieras dar este importante paso, antes debes tener claro cómo esto puede impactar en las estructuras formales e informales de la compañía.

Empezar a desarrollar software puede que sea la parte más sencilla; al final basta con contratar el talento adecuado para que comience con el proyecto pensado. O en su defecto, las empresas pueden tercerizar estos servicios con expertos en la creación de plataformas digitales como Imagine Apps. Ahora bien, el verdadero problema surge cuando pensamos que, teniendo estas plataformas, se solucionarán los problemas de la noche a la mañana.

Un ejemplo esclarecedor es el que sufrieron, o sufren todavía, algunas empresas financieras. Los bancos han introducido una variedad de herramientas para que los clientes puedan hacer sus trámites desde una computadora o celular. Lamentablemente, muchas de estas herramientas resultan engorrosas y no hacen más que marear al usuario cuando avanzan en cada etapa. Como ya se mencionó, esto sería un ejemplo de lo que no se debería hacer, pero ahora corresponde hacernos la pregunta: ¿Cómo empezar con la inclusión digital en nuestras empresas?

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Consejos para iniciar con el pie derecho tu desarrollo

Lo primero que se debe tener en cuenta es que desarrollar una aplicación móvil o plataforma web nunca termina. Todos los sistemas siempre van a requerir que se realicen mejoras continuas, buscando siempre optimizar la experiencia de los usuarios. Una vez desarrollada la plataforma digital, la alta dirección tiene la responsabilidad de evaluarla constantemente y buscar la alineación con la evolución de la Web. (Si te interesa saber sobre web 3.0, clic aquí)

Las empresas deben tener claro cuáles son los objetivos a mediano, corto y largo plazo por los cuales hacen este sistema. Es por ello que deben tomarse el tiempo de hacer una investigación previa del mercado en la que revisen como viene tomando acciones la industria en su conjunto: ¿Qué están haciendo los demás? ¿Tendrán aplicaciones o webs? ¿Cómo lo están haciendo? ¿Cómo se ven? Son preguntas que se deben responder para que de esta manera puedan mejorar la aplicación y así tener una mejor propuesta de valor.

Asimismo, sería ideal que la organización pudiera hacer algunas pruebas de la aplicación, y mejor si es con algún prototipo en un mercado cercano, para que puedan recopilar feedback y al final salir con una aplicación quizá mejor al de la competencia.

Finalmente, no olvidarse nunca de las métricas. Desde el primer día es fundamental medir todo: cuántos usuarios se registran, cuántas descargas tiene y cuántas transacciones hacen. Cualquier registro que se pueda tener desde el primer momento es vital para poder tomar decisiones en el futuro.

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